Ermita Sant Moí:
Esta ermita, también llamada iglesia de San Moí (también San Mus), se encuentra junto a la masía del mismo nombre. Es una construcción prerrománica, probablemente edificada a finales del siglo X. La última restauración fue en 1920. Hay quien dice que san Moí era un ermitaño que viva solo y era sordo, dedicado a la oración ya construir zuecos, que dejaba a la borde de un sendero para que los caminantes al pasar las cogieran. El adoptaron como patrón de los que pierden el oído que pedían: ‘San Moí, hágame oir’
Situado a 1533m de altitud encontramos lo poco que queda de un castillo que formaba parte del anillo defensivo del siglo IX. Catalogado hoy día como bien cultural de interés nacional, su término comprendía los actuales municipios de Vallfogona y Vidrà. Los primeros señores de Milany fueron los condes de Besalú. Había sido la fortaleza roquera situada a mayor altitud del interior de Cataluña. El castillo se abandonó a finales del s. XIV, cuando perdió la función defensiva y la familia fue a Vallfogona, en busca de una manera de vivir más cómoda y práctica. Los pocos restos que quedan responden a la reconstrucción del siglo XIII.
Castillo de Santa Maria de Besora:
A unos 1025m de altura y rodeada en buena parte de risco, están los restos del castillo de Besora y de la iglesia románica de Santa María. Merece la visita tanto por su valor arquitectónico e histórico, como por el geográfico. El castillo es mencionado en 895. La iglesia de Santa María documentada del 898. La utilización continuada del castillo por las tropas carlistas provocó que en 1839 los liberales el hicieran derribar, así como la iglesia de Santa María.
Magnífico salto de 35m, donde hay que destacar el cúmulo de cal bajo el salto. También observamos unas cavidades en forma de cazuela excavadas en la roca de la cama del arroyo por la corriente. De camino al salto, encontramos tres molinos casi en ruinas, propias de los molinos harineros antiguos, donde todavía se puede ver parte del mecanismo.
Considerado la cuna de Cataluña, al ser uno de los grandes centros de la Cataluña medieval con un pasado histórico riquísimo. En Ripoll encontramos el Monasterio de Santa María, fundado por Wifredo el Velloso en el año 879, es uno de los monumentos románicos más destacados del mundo, representando diferentes escénicas bíblicas y de la vida cotidiana. Fue uno de los focos de cultura más importantes de la Europa medieval en la producción y copia de manuscritos, y visitando el Scriptorium podemos encontrar testigo.
También podemos visitar el museo Etnográfico, para descubrir la manera de vivir y sentir de un pasado más reciente de la región, así como la Farga Palau, un ejemplo de la industria para la obtención el hierro (principalmente armas de fuego, herramientas para en la agricultura, llaves y rejas).
Así es que en Ripoll se inicia una de las vías verdes: la Ruta del Hierro y del Carbón, que recorre el trayecto que hacía el tren antiguamente para llevar el carbón de las minas de Ogassa en Ripoll, ruta ideal para hacer a pie o en bicicleta de un total de 15km.
Ruta de los 7 saltos de agua de la Cabana, Campdevànol:
A unos 23km de coche, encontramos un Itinerario que recorre el fresquívol torrente de Estiula, conocido popularmente como Torrent de la Cabana, donde podremos disfrutar de la belleza visual de sus saltos de agua y observar la diversidad vegetal como el bosque de ribera formado principalmente de alisos y los pinares de pino rojo. Una ruta circular de unos 10km, que nos permite disfrutar de un total de 7 saltos de agua. El itinerario se inicia en el aparcamiento del área recreativa de la Fuente del Querol, a unos tres kilómetros de Campdevànol en dirección Gombrèn. El área dispone de mesas, bancos y barbacoas.
Aunque se han encontrado indicios de que la zona de San Juan de las Abadesas fue habitada desde el Paleolítico Inferior, la historia de la villa está íntimamente ligada al monasterio. Este fue fundado 887 por Wifredo el Velloso. Cuenta con un importante patrimonio medieval vinculado al Monasterio de San Juan de las Abadesas. Este fue el primer monasterio femenino de la Gothia y la primera abadesa fue Emma de Barcelona, hija de Guifré.